Historia de la lanzadera volante

La lanzadera volante, invento del inglés John Kay, es por su fecha de creación la primera de las grandes innovaciones que revolucionaron la industria textil en el siglo XVIII, antes de que en el siglo siguiente se popularizaran las hiladoras y los telares mecánicos.

Quién inventó la lanzadera volante

El inventor de la lanzadera volante fue el británico John Kay en el año 1733. John Kay nació en 1704 en la región de Lancashire (Inglaterra), hijo de un fabricante de productos de lana. Desde muy joven se hace cargo de la dirección de la fábrica familiar, y el 26 de mayo de 1733 recibe una patente para la máquina que incorpora el principio de la lanzadera volante.

Sin embargo, es incapaz de obtener el más mínimo royalty (derecho de autor) de los tejedores que adoptan su mecanismo e inicia varios procesos para intentar defender sus derechos. En este asunto pierde la mayor parte de su fortuna y se ve obligado a exiliarse en Francia, donde muere pobre e ignorado hacia 1764.

La importancia de la lanzadera volante en el proceso de mecanización de la industria textil es extremadamente esencial. En realidad, el invento de John Kay mejora considerablemente la capacidad de tejer de un obrero introduciendo así una distorsión entre el tejido y el resto de los estadios de la fabricación, que son el apresto y el hilado.

Origen de la lanzadera volante

La utilización de máquinas impone la centralización de la producción. Mientras que con anterioridad el empresario distribuía el trabajo entre obreros que trabajaban en sus granjas o en pequeñas unidades de producción urbanas, la mecanización comporta la emergencia progresiva de fábricas. Permiten un mayor control de la calidad del producto… y del trabajador.

El propio John Kay es un antiguo fabricante de peines para telares. Había llevado a cabo algunos inventos sin importancia en esta rama cuando en 1733 patentó una máquina para cardar y su famosa lanzadera volante. Ésta permite tejer piezas de tela anchas empleando un solo obrero en lugar de dos.

Paralelamente, acelera el proceso de tejido, lo que comporta un aumento en la demanda de hilo, sobre todo de algodón, como ya hemos mencionado. De repente, la industria textil que no había evolucionado muchos desde invención del peine metálico y del torno de pedal, debe hacer frente a un aumento de productividad.

En consecuencia, los empresarios tienen que modernizar las fábricas si quieren obtener el máximo beneficio del nuevo invento en el estadio del tejido. De este modo, la industria textil de los siglos XVIII y XIX vive en un estado permanente de búsqueda del equilibrio entre las distintas fases de la fabricación (apresto, hilado y tejido).

Esto se obtiene periódicamente cuando los inventos se sitúan en niveles complementarios, pero que se anula también de forma periódica cuando un invento más perfeccionado ve la luz en cualquiera de sus tres facetas. Así pues, la creciente mecanización de la industria textil se realiza por efecto de inducción remolque. Una mecanización que será la causa de cambios considerables en las sociedades occidentales.

Evolución de la lanzadera volante

La lanzadera volante suscita resistencias y a veces incluso brotes de violencia que jalonan la historia del sector textil en los siglos XVIII y XIX, y que proceden de los numerosos obreros tejedores que trabajan a domicilio. En 1753, unos tejedores queman la casa del inventor. Pero el avance técnico que representa su hallazgo es demasiado importante como para ignorarlo.

A partir de la lanzadera volante, la mejora de las operaciones de mecanización del tejido ya no cesará. En 1785, el inventor inglés Edmund Cartwright crea el primer telar mecánico verdaderamente moderno, que se perfecciona entre 1786 y 1788. Llegarían después el telar perfeccionado por Jacquard en 1800.

Finalmente, en 1813 el inglés William Horrocks acaba el primer telar verdaderamente popular. Con Horrocks, la producción de telares se convierte en una actividad industrial y el número de máquinas pasa de 2.400 a 14.150 en las fábricas inglesas durante el periodo comprendido entre 1813 y 1820. La fabricación de tejido entra entonces en la era industrial gracias a esta máquina-herramienta.

John Kay modifica los extremos del peine y fija en ellos unas cajas. También coloca una guía, de manera que la lanzadera pueda “volar” a través de la cadena abierta y terminar su carrera en la caja hacia la que se lanza. En realidad, la lanzadera, que está dotada de cuatro ruedas, más que volar, rueda. Las dos cajas están terminadas en forma de cono para evitar que la lanzadera rebote.

Fuente: https://curiosfera-historia.com/historia-lanzadera-volante-inventor/

 Consultado en Octubre 2023

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