Nanocelulosa: un material revolucionario con amplias posibilidades de uso

 

Las múltiples posibilidades de uso que abre la investigación y aplicación de la nanocelulosa – sustancia, obtenida a partir de la descomposición de la celulosa en nanoestructuras- se amplían y sorprenden día a día. Su versatilidad se basa en su naturaleza renovable, biocompatible y biodegradable. No solo representa un avance tecnológico, sino también un paso hacia un futuro más sostenible y respetuoso con el medio ambiente.

Neutros en carbono, no tóxicos, sostenibles y reciclables, así son los materiales en base a nanocelulosa. Es versátil, puesto que presenta un gran potencial de aplicación en áreas que van desde el embalaje, los textiles, alimentos, pasando por la medicina y el área farmacológica, y tocando el área de la tecnología.

Esta sustancia, obtenida a partir de la descomposición de la celulosa en nanoestructuras, es un recurso que va camino a constituirse en “clave” para la producción sustentable de bienes y servicios, y en una oportunidad de desarrollo para países donde la actividad forestal aporta fuertemente a la economía nacional.

Su versatilidad se basa en la naturaleza renovable, biocompatible y biodegradable, además de sus propiedades fisicoquímicas. Posee una alta reactividad permitiendo un amplio rango de operatividad. Sus propiedades mecánicas son altas y presenta propiedades “barrera” frente al oxígeno. Entrega la posibilidad de formar redes interconectadas y cuenta con capacidad de modificar el modo en que los materiales se deforman o fluyen en respuesta a fuerzas o tensiones aplicadas y permite la obtención de papel transparente. 

Textiles de nueva generación

La nanocelulosa se obtiene principalmente de fuentes renovables como la madera, convirtiéndola en una opción ecoamigable. La industria textil, cada vez más consciente del impacto ambiental, está comenzando a adoptar esta tecnología para reducir la dependencia de materiales sintéticos y promover la sostenibilidad.

En la industria textil, la nanocelulosa se utiliza para mejorar la resistencia y flexibilidad de los tejidos. Posee una estructura molecular única, es más fuerte y liviana que el acero por lo que, al ser incorporada a las fibras textiles convencionales, mejora significativamente la durabilidad de los tejidos. Es por ello que se convierte en un componente ideal para la fabricación de telas ligeras y maleables, ofreciendo comodidad sin comprometer la resistencia. Teniendo en cuenta estas excepcionales características, ropa deportiva de alto rendimiento y equipos al aire libre han adoptado esta tecnología, para prendas que permiten una amplia movilidad.

Los textiles tratados con nanocelulosa muestran una mayor resistencia a factores externos como la radiación UV y agentes químicos. Esto no solo prolonga la vida útil de la ropa, sino que también contribuye a la salud de sus usuarios, al proporcionar una mayor protección contra los elementos ambientales.

La investigación constante sobre propiedades de la nanocelulosa promete seguir impulsando la innovación en este sector en constante evolución, con la promesa de allanar el camino hacia un estilo más sostenible y duradero.

 

Imaginar baterías, que almacenen más energía con menos peso, es posible si se desarrollan en base a nanocelulosa. Investigadores confían en que su capacidad de almacenamiento podrá igualar a las de las células de iones de litio. Además de ser ligeras, flexibles y biodegradables, ofrecen una alternativa sostenible a las baterías convencionales. Actualmente, para producir la misma cantidad de energía, una pila de madera genera hasta 25 veces menos emisiones que la tecnología en base a iones de litio, por lo tanto, aprovechar el poder de la madera es prácticamente un imperativo para seguir avanzando hacia fuentes de energía limpias.

En la medida que la nanocelulosa continúa demostrando su valía en diversas aplicaciones, se espera un crecimiento exponencial de su demanda. Se perfila como un material revolucionario en la era de la innovación y la sostenibilidad industrial. No sólo impulsará el desarrollo de más y nuevas tecnologías y productos, sino que también podría generar oportunidades significativas para países como Chile, que además de contar con un gran potencial de biomasa forestal, tiene la necesidad de aumentar el valor agregado de los productos derivados de la madera.

Fuente: Madera 21 (Chile)
7 de Febrero, 2024

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